Gales 2015: Viaje a Gales en autocaravana
De Gales nos atraen especialmente sus costas tapizadas de verde y su orientación hacia el oeste, garante de atardeceres memorables. Sin olvidar su aura celta…
Nuestra tercera incursión en Gran Bretaña. Después de la dulce Irlanda (con la que, una vez en ruta, observaremos muchas similitudes) y de la rebelde y grandiosa Escocia. De Gales nos atraen especialmente sus costas tapizadas de verde y su orientación hacia el oeste, garante de atardeceres memorables. Sin olvidar su aura celta.
En algún momento de los preparativos tomaré conciencia de que en Gales abundan los parques de bungalows y caravanas en propiedad, elementos que se compran y venden a modo de segundas residencias. Cual -no siempre fotogénicas- extensas y apretadas ciudades horizontales, que iniciaron su andadura como asentamientos de turismo, sobretodo inglés.
Pero quedan rincones fuera de esas multitudes, y este año nos apetece un viaje de acampada, con vistas al mar y con encanto, a fin de reposar el espíritu, fijando la mirada en el azul y el verde.
No preví suficientemente el gris del cielo, que abundó. Ni el marrón del barro. Ni la malla de estrechos caminos imposibles, que el TomTom elegiría a modo de atajo, por el simple hecho de estar todos ellos asfaltados, discurriendo entre granjas, ovejas y túneles de vegetación, por los que anduvimos con el alma en vilo y el cuerpo encogido. Hasta que empezamos a no confiar en el tío Tom, a no ser que las carreteras por él elegidas tuvieran nombre.
Imprescindible el mapa en papel, que tardé demasiado en comprar, porque el que encontré al principio en una gasolinera, tenía formato librito y yo lo quería plegable. Aunque más vale tarde que nunca.
Se nos antoja un país muy falto de infraestructuras viarias. Abundan las minúsculas carreteras en las que sólo cabe un vehículo, y que en ocasiones están rodeadas de taludes verticales que uno teme que van a encajonarle con el propio serpentear de la carretera. Sensación que cansa e incluso a veces intimida, desanimando a hacer alguna de las visitas.
País en el que las industrias mineras abundaron (pizarra y carbón sobre todo), y cuyo declive llevó a la modernización de ciudades como Cardiff (que nos traía a la memoria la transformación de la Barcelona olímpica), y a la evolución de la economía en busca del turismo, con algunas novedosas fórmulas de turismo de aventura.